El peeling químico es un tratamiento estético no invasivo que ayuda a renovar la piel mediante la aplicación de ácidos específicos. Su función es eliminar las capas superficiales de la piel para mejorar su textura, reducir manchas, combatir el acné y estimular la producción de colágeno, logrando un rostro más luminoso y rejuvenecido.
Este procedimiento es ideal para:
Eliminar manchas causadas por el sol, acné o envejecimiento.
Reducir arrugas y líneas de expresión.
Mejorar la textura y luminosidad de la piel.
Controlar el acné y disminuir poros dilatados.
Atenuar cicatrices y marcas.
Rejuvenecimiento facial sin cirugía.
Estimula la regeneración celular y la producción de colágeno.
Mejora la textura, uniformidad y luminosidad de la piel.
Tratamiento personalizado según las necesidades de cada piel.
Procedimiento rápido y con poco tiempo de recuperación.
Peeling superficial: Usa ácidos suaves como el ácido glicólico o mandélico, ideal para mejorar el tono y la textura sin tiempo de inactividad.
Peeling medio: Contiene ácidos más potentes como el ácido tricloroacético (TCA), perfecto para tratar arrugas finas, hiperpigmentación y cicatrices leves.
Peeling profundo: Usa fenol o TCA en concentraciones altas, recomendado para rejuvenecimiento intensivo con resultados más duraderos.
Evaluación de la piel para determinar el tipo de peeling adecuado.
Limpieza y preparación de la piel antes de aplicar la solución química.
Aplicación del peeling en la zona a tratar.
Tiempo de acción del producto para estimular la renovación celular.
Neutralización y cuidados post-tratamiento para garantizar una recuperación óptima.
Evitar la exposición al sol y usar protector solar SPF 50+.
Mantener la piel hidratada y libre de irritantes.
No exfoliar ni manipular la piel mientras se descama.
Seguir las indicaciones del especialista para potenciar los resultados.
Si buscas una piel más joven, uniforme y luminosa, el peeling químico es la solución ideal.